¿Porqué dejé de escribir?

Y me siguen preguntando, ¿Porqué ya no escribes? Y la verdad es que la respuesta es algo complicada, sin embargo, lo trataré de explicar.

Dejé de escribir, porque el año 2019 inicié un fantástico viaje por Latinoamérica, un viaje que había soñado por mucho tiempo y, luego de una planificación exitosa, logré hacerla junto con Alex. Prácticamente todo el 2019 estuvimos fuera de Alemania, llenando nuestras vidas de nuevas energías, de fantásticos parajes, de hermosas sonrisas, de grandes corazones y enriquecidas culturas. ¡Cada rincón, en cada calle de cada ciudad, en todo país que visitamos, fue simplemente mágico! Lugares que jamás olvidaremos, historias que están en nuestros recuerdas por siempre y momentos que el 2019 nos dejó con mucha felicidad. Prácticamente no tuve tiempo para escribir, simplemente usé mi tiempo para disfrutar, fortalecer mi energía y llenarme de anécdotas que planeaba escribir y contar al regreso de mi viaje, es decir en enero del 2020.

Luego llegó el famoso 2020 y nosotros teníamos planeado empezar a escribir todas nuestras aventuras, tal como lo habíamos planeado. Pero no fue fácil llegar en enero a Alemania, tiempo de invierno, muy frío y gris, muy lento y triste en comparación de los últimos meses pasados. Claro, luego de meses viajando bajo el sol latino, empezando en la ciudad de San Francisco con una excelente temperatura, el sol nos acompañó por todo nuestro viaje, por muchas ciudades en México, Cuba, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Chile y finalmente Perú. Nunca tuve un verano tan largo en mi vida, nunca había usado shorts, sandalias y polos (camisetas) por tantos meses seguidos, nunca imaginé que nuestro viaje sería tan radiante en cada ciudad gracias al sol… pero claro, al llegar a Europa, el sol se había escondido y sólo quedaba esperar que vuelva para disfrutar nuevamente de nuestros viajes planeados en 2020. Sí, teníamos planeado viajes a Berlín, Sevilla, Barcelona, Madrid, etc., etc.…

Y de pronto, a fines de enero del 2020, llegó la noticia de un virus que se estaba propagando rápidamente por el mundo, una noticia que nadie en este planeta se esperaba. Una noticia que destruyó el 2020 y lo manipuló a su antojo, un virus que cambió el planeta, para bien y para mal, una noticia que nos arrebataría familiares, amigos y planes. Planes de viajes, de bodas, de cumpleaños, de sueños. Planes de toda la vida, planes que sólo nosotros sabíamos y que este virus destruiría.

Mis planes empezaron a cambiar, obvio, no sólo dejé de escribir, también dejé de lado el plan de la edición de fotos y videos de aquel maravilloso año 2019, tenía un NUEVO plan “A” que dejaba atrás al antiguo plan “A” que tenía pensado antes del virus. Ese plan era “Sobrevivir”, como muchos de nosotros pensamos los primeros meses del año 2020, hacer cuarentena, buscar como hacer dinero desde casa, cuidar nuestra salud, rezar para que nuestros seres queridos estén bien, buscar actividades que nos distraigan dentro de casa sin caer en la depresión… y yo, yo era incapaz de escribir, de editar o de “intentar” reflejar mi alegría en mis historias. Peor aún cuando tuvimos que despedir a varios seres queridos por internet, por misa On-line, por un mensaje de WhatsApp.

Dejé de escribir porque el 2020 me mantuvo al filo del abismo, cada mañana al “verme obligado” a ver las noticias, cada noche replantear qué hacer en los siguiente mes, esto no acababa, pasó media año y seguía, agosto, septiembre, octubre y nada, el sol no apareció en mi vida el 2020 “Metafóricamente hablando” y el invierno gris y triste se hizo largo e interminable, nunca tuve un invierno tan largo, nunca pasé tantos meses en casa, sin subir a un avión, sin planear mi “Próxima parada”, Sin decir «Godbye LaLaLA, Welcome LeLeLe«, sin ilusiones nuevas…. Pasé (e imagino que muchos de nosotros) un tiempo de incertidumbre, de “NO PLANEAR” porque no sabíamos que pasaría mañana y, de mantenerse sentado en una silla frente a mi pantalla de mi computador, sólo para ver las terribles noticias y, de vez en cuando, aprender algo de alemán en mi curso On-line que nos obligaba a hacer el maldito virus.

Ya estamos a fines del 2020 y me pregunto lo que muchos nos preguntamos a fin de cada año:

¿Cómo me fue este año?

Y claro, la respuesta en general sería: “Una Mierda!” pero seré más específico y buscaré el lado positivo de este año. Este año, con virus y todo me enseño a:

  • Compartir más.
  • Tener más paciencia.
  • Preocuparme más por mi familia.
  • Cuidar más mi planeta.
  • Que después de cada tormenta, el sol siempre volverá.
  • Leer más libros.
  • Actualizarme.
  • Conocerme mejor.
  • Que Netflix tiene series aburridas.

Sí, no me amargaré la vida a fin de año, pensando en lo malo que fue el 2020, porque sólo fue un año más y recibiré el 2021 con la cabeza positiva.

Dejé de escribir, porque me ganó la depresión y tuve que luchar contra ella para volver a ser YO mismo, reformado, más fuerte y ecológico. Siempre pienso mucho en la frase que mi abuelo siempre repetía: “No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista” y pues no hay un “2020” que dure 100 años señores y señoras. Este “mal” se acabará si ponemos todos de nuestra parte y luchamos contra ella.

Dejé de escribir hasta el día de hoy, que estoy preparado para contarles muchas aventuras, historias y anécdotas vividas con Alex en nuestro viaje Latinoamericano del 2019 y dejar al sol entrar por mi ventana cada día y noche que escriba, sea verano o invierno… porque “Recordar es volver a vivir” y quiero volver a vivir ese año 2019 que me saca una sonrisa cada vez que lo recuerdo y lo revivo.

Gracias 2019, Bienvenido 2021!!!

(el año 2020 lo he archivado para usarlo como un recordatorio de lo terrible que puede ser un invierno tan largo)

PD: Cabe destacar que lo mejor de nuestro año 2020 fue la llegada de Mikki a nuestras vidas, ese pequeño ser de 4 patitas que nos obligó a salir a tomar aire 3 veces al día y encontrar el sol bajo cada árbol donde él hacía pipí mientras movía la cola incansablemente, muy feliz y ajeno a lo que pasaba en el mundo… También he aprendido de él… no a hacer pipí bajo un árbol ni a mover la colita jajaja, pero si a ser feliz en toda circunstancia.

Feliz año nuevo para todos, el 2021 será diferente y reconfortante.