Mi hermana menor

Mi hermanaHace unos años -no voy a decir cuántos – yo era el hijo menor de mi familia, el pequeño nieto, el hermano menor, el mimado de la familia. Sabía lo que significaba serlo en ese momento y seguramente lo disfrutaba, hasta que finalmente nació mi hermana menor.

Fue un día como hoy, todos corrían a verla, a conocerla, a visitarla. Quizá por primera vez no era yo el centro de atención pero por alguna razón me sentía feliz. Y fue cuando la vi por primera vez, pequeñita y rosadita, curiosamente era más blanca que los hermanos mayores pero ahí estaba, mi hermana menor, la bebé de la casa.

Cuiden a su hermanita – solía decir mi madre – ustedes son sus hermanos mayores y la protegerán en todo lo que sea necesario… a pesar de eso, mi hermana menor siempre tuvo una personalidad fuerte, segura y madura. Fue gritona cuando era niña, no se le podía tocar porque lloraba por todo y llamaba la atención de mis padres quienes nos castigaban por hacer llorar a la bebé, pero ya empezando su adolescencia  se convirtió en toda una señorita, fue madurando su personalidad, una personalidad que hasta el día de hoy me enorgullece mucho.

A pesar de los años de diferencia entre ella y yo, siempre estuvimos muy cerca, empezamos a compartir amistades, vivencias, secretos, viajes, alegrías y tristezas. Pasó a ser más que mi hermana menor, pasó a ser mi mejor amiga y confidente. No puedo expresar ese amor que tengo hacia mi hermana, solo sé que soy feliz al saber que ella lo es cada día, que a pesar de la distancia aún seguimos juntos y que siempre, siempre, siempre cuidaré de mi hermanita, a pesar que ya está casada y mi cuñado es un súper cuñado, siempre será mi hermana menor.

Hoy que es su cumpleaños, le quiero regalar estas palabras, esta pequeña historia que resume el enorme abrazo que le envío junto con mi corazón. Y no voy a confesar su edad, porque aún muchas personas creen que entre ella y yo hay muy pocos años de diferencia o inclusive llegan a pensar que yo soy menor que ella, pero eso es porque realmente yo no aparento mi edad – por suerte… pero esa ya es otra historia para contar.

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